martes, 1 de marzo de 2011

El gobierno está vivo…cuidado!



Al escribir estas líneas se cumplen apenas unas pocas horas de haberse producido la liberación dos de los diputados, electos por el pueblo, que se mantenían tras las rejas por diversas causas, pero con un innegable tinte político. La puesta en libertad se celebra, pero también asistimos al reconocimiento de la partidización de la justicia o de la intromisión indebida de un poder en otro que se dice autónomo. Y eso que aún faltan liberaciones.

Si se analiza en frío los hechos en referencia podemos afirmar que hemos sido testigos e impulsores del predominio del aspecto político por sobre todas las razones, alegatos y defensa contenidos en las leyes que integran el estamento jurídico del país. Y, casi si darnos cuenta eso lo celebramos sin siquiera medir lo perjudicial que pudiera ser a futuro.


Es cierto, la mayoría del pueblo venezolano sostiene que la casi totalidad de las personas que adversan al actual gobierno, detenidos en distintos centros de reclusión, son “presos políticos” o presos por razones políticas. Sobran indicios de haberse producido persecuciones en virtud a creencias partidistas o ideológicas.

Incluso, es verdad que en Venezuela hay libertad de expresión pero a muchos les incomoda la opinión y el pensamiento de quienes no se inscriben en el mismo lineamiento político. En otras palabras, en nuestro país no hay detenidos por expresarse pero sí los hay por pensar distinto a la hegemonía.

La huelga de hambre protagonizada por un grupo de jóvenes estudiantes puso de relieve en el contexto internacional la existencia de presos políticos en Venezuela. Como era de esperarse, la representación oficial del país lo negó pero el revuelo que el tema había tomado en el escenario interamericano le obligó a buscar “salidas” a un conflicto que puso en riesgo la vida de estos venezolanos.

Negociaciones de todo tipo las hubo y bien bueno que haya ocurrido porque era necesario garantizar la continuidad de la existencia de quienes, desde sus perspectivas escolares, optaron por alzarse la voz al gobierno. También hay que reconocer la atención puesta por el gobierno a este conflicto porque casi desde su inicio escucharon los reclamos juveniles.

Pero mi alerta es otra. Casi inmediatamente, luego de haberse logrado un preacuerdo gobierno-estudiantes que produjo el levantamiento de la huelga de hambre, sin haber llegado a males mayores, se movió el estamento político al saberse la liberación de dos de los diputados. Este hecho dejó atrás las actas procesales, imputaciones, las audiencias en tribunales, informes fiscales y las acusaciones. Simplemente por un acuerdo político estas personas casi mágicamente retornaron a la libertad. A medias, pero libres.

Reitero, aplaudo el acuerdo. Es un acto característico del sistema democrático, pero esas boletas de excarcelación se convirtieron en la clara demostración de la intromisión del partidismo en la administración de justicia. Es la confirmación de que algunas personas han sido victimas de la utilización de la justicia para saldar rencillas políticas. Y muy alegremente muchos lo aplauden sin detenerse a pensar en las consecuencias que a futuro ello puede traer.

Algunos lo ven como un paso atrás del gobierno, puede ser. Otros como una derrota, es posible. Lo que sí es un hecho cierto es que el gobierno demostró que puede liberar a quien quiera y cuando quiera, pero detenerlo también. El gobierno está vivo y seguro va a jugar su balón. Cuidado!

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