martes, 25 de mayo de 2010

Sí es necesario eliminar las claves de emergencias en las clínicas


Gran revuelo ha la  normativa que regula la prestación de servicios en los centros clínicos privados. Según esta disposición, toda persona que posea póliza de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, en caso de presentársele una emergencia, deberá ser atendida sin necesidad de pedir clave a la aseguradora.
Esta iniciativa legislativa ha caído en medio de la polvareda levantada por las decisiones de tomar algunos galpones de empresas productoras de alimentos, así como la amenaza de expropiación que pesa sobre la cabeza del gran emporio Polar. Bajo tal conflictividad, de lado y lado, cualquier análisis es estigmatizado con los clichés correspondientes: defensores de la oligarquía, destructores de la empresa privada, entre otros. Sin embargo, es necesario revisar concienzudamente la realidad de las cosas.
Cualquier póliza de HCM establece cansones periodos de espera, exclusiones por edad y la negativa a asumir los gastos en causan las enfermedades pre existentes. Cualquier particular que suscriba el cuadro de póliza se obliga a aceptar tales términos, a menos que sea parte de un seguro colectivo en el que, por diversos intereses, se eliminan la mayoría de las limitaciones.
Hasta aquí las cosas parecieran transcurrir sin problemas debido a que cada quien asume las consecuencias y los efectos de las circunstancias que acepta. Aunque en honor a la verdad, muchas veces esas limitantes son usadas discrecionalmente por las empresas aseguradoras para evadir pagos a clínicas o reembolsos a sus clientes. El problema radica en la atención en las emergencias de las clínicas.
Se ha vuelto común la práctica inhumana de exigirle a cualquier persona, que acuda a una clínica por una emergencia, espere la autorización de la empresa aseguradora (clave de acceso) para poder recibir atención médica. Así sea con un infarto o ACV el paciente debe vivir un vía crucis esperando la clave y más si es por fiebre o cualquier otra “patología viral”.
Particularmente he sido testigo de dos casos que sin dudas pueden ser calificados de criminales por partes de algunas clínicas. El primero, la espera de 18 horas para la obtención de una clave, en medio de una emergencia. La clínica se escudaba en que no había recibido la autorización, mientras la aseguradora argumentaba que no se la habían solicitado. El segundo caso, una espera de 12 horas por una clave que nunca llegó porque según la aseguradora le enviaron vía fax una papel sin firma, sin logo y sin fecha que reportaba la emergencia como consecuencia de una enfermedad pre existente. Sin más que hacer, este último paciente tuvo que abandonar el centro clínico y buscar atención en un Centro Diagnóstico Integral de Barrio Adentro.
Esa es la cruda, abominable, inhumana y detestable realidad que se vive a diario en las clínicas privadas cuando amparado por una póliza de seguro acudes a buscar muchas veces salvación para tu vida. Y eso sin contar que algunas (clínicas) exigen el consumo mínimo de 500 bolívares fuertes para poder aceptarte el seguro.
Esas son las verdaderas razones por las cuales sí es necesario eliminar la pedidera de claves para brindar atención médica de primeros auxilios en las clínicas. Si una aseguradora es valiente y diligente para asumir el riesgo de vender una póliza de seguro, también lo debe ser, con más rapidez, para pagar los gastos que genera cualquier emergencia. Las enfermedades pre existentes, degenerativas y otras y las exclusiones por edad serán otros temas de análisis.
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