miércoles, 3 de febrero de 2010

La oposición requiere robarle las señas a Chávez



Comenzaron a calentarse los motores para lo que será la campaña electoral de las elecciones de la Asamblea Nacional, prevista para realizarse el domingo 26 de septiembre próximo. El Consejo Nacional Electoral hizo el anuncio de las circunscripciones electorales, en cumplimiento de un cronograma pre electoral que los mismos rectores diseñaron.

Muchas han sido las críticas que levantó la decisión del máximo órgano comicial de modificar algunos circuitos, sobretodo porque los cambios realizados se conocían a voces: intentan redireccionar el peso de la balanza, no para acercar los centros de votación al pueblo, es una mentira muy repetida. La verdadera intención es torcerle el brazo a la voluntad popular tratando de preservar una mayoría en la AN, para el oficialismo nacional, que le garantice aprobar todo lo que se les ocurra sin mayores inconvenientes aplicando lo que ya es común: la mayoría evidente.

Todo este proceso produce aristas interesantes para analizar, tomando en cuenta precisamente las líneas dadas por el Presidente de la República a sus seguidores y las que éstos han dejado saber, como la utilización del salvavidas presidencial, en su intento, reitero, de torcer la votación de la ciudadanía.

En primer lugar, ha dicho Chávez que sus partidarios no deben caer en el juego de la oposición. Precisamente es lo que hemos estado pregonando desde hace tiempo, pero al contrario. Es el sector democrático el que no quiere entender que no puede caer, embestir ni morder los trapos rojos que se sacan a cada rato para imponerles la agenda política de discusión. Mucho tiempo hemos gastado en decir que se deben dedicar esfuerzos notables a luchar al lado de las comunidades, escuchar y atender sus necesidades, acompañarlos en sus reclamos, luchar junto a ellos por sus reivindicaciones.

Estas advertencias caen en el vacío al toparnos con una clase política que su única gesta es escuchar y ver “Aló Presidente” para salir a atacar o desmentir lo que se dice en ese maratónico programa, que lo aceptemos o no, impone la línea comunicacional y política semana tras semana. Hay dirigentes que no se les ve en las calles, caminando los barrios y urbanizaciones, subiendo cerros, pateando la calle, sino que se conforman, o más bien se dedican, a un protagonismo mediático, mientras del otro lado llegan a todos los rincones del país.

El segundo punto a analizar es la “introducción” al tema de las candidaturas. Antes de conocerse los circuitos ya había gente en la calle diciendo que serían candidatos, que gozan del fervor de las comunidades y que no acatarán ninguna línea, a menos que los beneficie. Pues, deben verse en el espejo del chavismo que ha anunciado, vía Aristóbulo Istúriz, que emplearán la imagen de Chávez en el campaña “porque no se trata de una elección de diputados sino de preservar la mayoría en la AN”, así lo dijo.

¿Qué vemos entonces? Que se trata de una elección de tanta importancia y trascendencia que no quieren arriesgarse a perder espacio y por ello utilizarán el salvavidas presidencial. ¿Y de este lado qué hay? Sectores pensando en que como representan a un partido o como salen en los medios de comunicación ya se ganaron el derecho a ser electos… ¿y los votos para confrontar con Chávez? ¿O es que creen que les caerán del cielo?

El Parlamento Nacional es un ente político por excelencia en el que se dan, o deben darse, debates de gran trascendencia nacional, no es cualquier cosa. Y para esta elección, en la que se decide el futuro político y democrático del país, no se puede llevar como candidatos, con todo respeto, a personas que no tengan criterios políticos o que no estén al tanto de lo que está en juego.

El proceso eleccionario de la nueva AN es una hora para verdaderos líderes. No por el hecho de ejercer una jefatura partidista, muchas veces vacía, es una seguridad de tener el camino ganado. Se necesitan liderazgos que muevan los votos, que convenzan a los electores, que motiven la participación de la población, pero más importante es elegir candidatos que tengan piso político propio, que tengan votos, porque del otro lado no les importan los nombres, lo que a ellos les interesa es que el símbolo más grande de su propaganda será la cara de Chávez.

Señores, hay que dejarse de tonterías, ambigüedades y fanatismos. Hay que abrir los ojos y ver la realidad. Muchos dicen que el Presidente viene bajando en las encuestas. Lo que sí es cierto es que hay mucho descontento en lo que fue el mundo chavista. Pero para convencer hay que liderar, no cualquiera tiene poder de convocatoria ni carisma. Se necesitan líderes para capitalizar la caída y el descontento de ese sector. ¿Hablarle a la oposición? ¿Para qué si ya todos están convencidos? Hay que captar es a los llamados “ni-ni”, a los independientes y a los arrepentidos, y eso se hace con inteligencia, con liderazgos, no desde la comodidad de una oficina con aire acondicionado. Eso se capitaliza pateando la calle.

En estos momentos el sector democrático de Venezuela requiere, necesita, verdaderos líderes para que sean candidatos. Y por qué no decirlo: también precisa robarle las señas a Chávez.


Twitter: @juancarlonunez
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