lunes, 22 de octubre de 2007

Se cayeron las máscaras

Completamente pulverizadas quedaron las intenciones del alcalde Osmel Ramos de controlar “por aplastante mayoría” los delegados al congreso fundacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, en representación de Puerto Cabello. Antes de su caída el mandatario se llevó por delante las aspiraciones de uno de los posibles candidatos a sucederlo en el cargo, quien pacientemente aceptó las designaciones de su jefe político.
De acuerdo a las proyecciones que realizan cada una de las tendencias que se mueven dentro del Psuv, aunque muchos no quieran aceptarlas públicamente, de los doce delegados escogidos el pasado sábado siete están vinculados con la línea política de Xiomara Luna y el gobernador del estado Carabobo; tres estarían relacionados con el alcalde Ramos, con la posibilidad de quedar solamente con dos; y los otros dos estarían en las cuentas de otra tendencia chavista que algunos identifican como el Frente Francisco de Miranda.
Una fuente íntimamente ligada al alcalde Ramos reveló que éste hizo esfuerzos extraordinario, de todo tipo, para controlar la nueva estructura partidista, sobretodo de los ungidos para asistir al congreso fundacional del partido, pero el resultado le fue adverso aunque dentro de su tendencia logró imponer su parecer.
Cuentan que pocas horas antes del proceso eleccionario se produjo una reunión tipo cumbre en la que, haciendo uso de la democracia participativa, precisamente le participaron al médico José Barbur que debía declinar sus aspiraciones a favor de la esposa del alcalde, Fanny Rendón. Visto que no lograron convencerlo tuvieron que ordenar que entonces que se midieran internamente resultando ganador Héctor Cabrera, preocupado dirigente vecinal del barrio Bartolomé Salom, como representante del “osmelismo”, quien valientemente no bajó la cabeza, como hicieron otros, y a la postre se alzó con la representación de su circunscripción. Ahora Cabrera enfrentará la arremetida del poder porque ya se habla en el Concejo Municipal de su posible destitución porque “desafió y desobedeció al amo”.
Toda esta situación nos evidencia, una vez más, que como dicen en la cúpula del chavismo, aguas abajo la revolución continúa impregnada de las maléficas actuaciones que se dieron en la llamada cuarta república. Que pese a la intención del presidente Hugo Chávez de conformar un partido político fuerte, alejado del clientelismo, del amiguismo y de los maletinazos, en algunas zonas del país la actitud de algunos dirigentes, sobretodo de quienes detentan el ocasionalmente el poder, es contraria a sus lineamientos.
Persecuciones, intrigas, chismes, malos comentarios, cálculos pragmáticos, maniqueísmo, hipocresía, compra de conciencia, trampas y otras cosas más continúan estando presente en el actuar de algunas dizque personalidades que por un lado se dan golpes de pecho hablando de unidad y desprendimiento, estando realmente carcomidos por la mala intención.
Sin embargo, el pueblo es sabio y paciente, como lo dijera Alí Primera, escuchó todos los planteamientos que le hicieron, todas las mentiras que inventaron, las trampas que montaron, y el dinero que repartieron se los tomaron y votaron en contra para castigarlos por la mala gestión que han hecho al frente de los destino de Puerto Cabello.
Quiero hacer mención especial a la trampa burda que le hicieron a la extraordinaria dirigente social y vecinal Anaís Parada. Una mujer que trabaja de sol a sol por el barrio El Milagro y mucho más allá. Anaís fue víctima de la confabulación de las fuerzas del gobierno municipal. Pero hay algo muy valioso que debemos tomar en cuenta: pese a las llamadas, las presiones, los derroches, la opulencia, el acarreo de personas en carros públicos y la asistencia de funcionarios municipales a votar, Anaís Parada perdió apenas por cinco votos en una circunscripción en la que se enfrentó al poder de Osmel Ramos. Ánimo Anaís, todos conocemos lo que vales, ellos con todo lo que tienen apenas sacaron cinco votos más que tú. Imagínate lo que les espera.
Diga usted señor alcalde para qué quería controlar los delegados al congreso fundacional y para qué sueña con controlar el Psuv porteño, si no es para imponer a alguien que dé continuidad a su “exitosa” gestión de gobierno, exitosa para usted únicamente. El resultado que arrojó el proceso del sábado es una pequeña muestra de lo que lo espera aguas adentro en el Psuv. Las máscaras ya no valen, están vencidas y por eso se cayeron. La sombra de la soledad sigue sobre usted.

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