lunes, 4 de junio de 2007

Es democracia

Los últimos días han estado muy movidos con las protestas que protagonizan varios grupos de estudiantes universitarios quienes rechazan la salida del aire de la planta televisiva más antigua de Venezuela: RCTV.

Muchos sectores han criticado la actuación de los estudiantes universitarios, sin embargo no hay que olvidar que esa es la vida universitaria: la protesta, el debate, el contraste de ideas en procura de una vida mejor, más digna, decente.
Son incontables las veces que los estudiantes de las diferentes universidades del país han salido a las calles a protestar, unas veces de manera pacífica y otras de forma violenta, sobretodo cuando han sido infiltrados, por diversos temas que los afecta, como el transporte, el valor del pasaje, el buen funcionamiento de los comedores, por falta de dotación y equipos para estudiar, por las intransigencias de algunos profesores, por la inseguridad, y ahora lo hacen por lo que consideran es una seria amenaza a la libertad de expresión en Venezuela.
Indudablemente que las acciones que han llevado adelante los estudiantes universitarios, de entes privados y públicos, ricos y pobres, de grandes y pequeñas universidades, de todos los sectores, son claro ejercicio del derecho político constitucional consagrado en el artículo 68 de la Carta Magna “Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley. Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas. La ley regulará la actuación de los cuerpos policiales y de seguridad en el control del orden público”.
La protesta es el derecho que tenemos todos quienes habitamos en esta tierra para decir públicamente si estamos de acuerdo o no con un tema en particular, pero además es uno de los pilares fundamentales sobre los que descansa la democracia, el disenso, la posibilidad de contrastar pensamientos, la oportunidad para que todos escuchemos las ideas de los demás para que nos formemos nuestra opinión de las cosas o hechos que se cuestionan o apoyan.
Precisamente este sistema democrático, el que nos da libertad de asociación, libertad de culto, libertad de expresión, el que nos garantiza el derecho a movilizarnos libremente, a reunirnos con quien queramos, el que nos da la oportunidad de escoger lo que deseamos estudiar, libertad para vivir, para compartir, para debatir, en fin, para hacer todo lo que sea lícito y en respeto a los derechos de los demás ciudadanos, es el único que muchos de nosotros conocemos, al igual que es el único en el que han vivido la inmensa mayoría de los jóvenes que hoy protestan en las calles de Venezuela.
Por eso, es razonable y entendible la actitud de la masa estudiantil de defender lo que les da vida y razón de ser, no se le puede pedir a los estudiantes que dejen de lado que están haciendo para defender lo que no conocen: los atropellos, las imposiciones o las dictaduras. Si tuvieran algún tipo de experiencia con esos sistemas es muy probable que cada uno tenga su opinión al respecto y podamos entonces exigirles que asuman otro tipo de posiciones.
También se ha dicho que están siendo manipulados. Señores, aquí todos estamos siendo manipulados, TODOS. Por una sencilla razón: no somos los protagonistas, no tenemos el poder de decisión en nuestras manos, no somos nosotros quienes crean las matrices de opinión, simplemente respondemos a una u otra tendencia según lo que creamos o lo que veamos razonable de lo que nos dicen, allí está la manipulación.
Hay muchos afectos al presidente, hasta connotados dirigentes, que no ven con buenos ojos el lema Patria, Socialismo y Muerte, lo sé por que me lo han dicho; pero también hay sectores de la oposición que están desilusionados y hasta rechazan la figura de Manuel Rosales, ¿Pero qué van a hacer?, ¿Va a salir uno de esos flamantes dirigentes oficiales a decir que no está de acuerdo con el lema presidencial? ¿Va a cambiar el lema porque alguien desde Puerto Cabello diga que no está de acuerdo? ¿Rosales va a cerrar su partido porque alguien en Morón siente que lo traicionó? ¿Van a desaparecer los dirigentes políticos nacionales de oposición porque alguien en El Palito está cansado de los mismos rostros de siempre?
La respuesta a todas estas interrogantes es NO, ¿por qué? Porque la decisión no está en nuestras manos, solamente recibimos información, la procesamos en nuestra mente, la contrastamos con el conocimiento que tenemos basado en la experiencia y asumimos una posición, buena o no es nuestra percepción y debe ser aceptada por todos, criticada por muchos pero tolerada por todos, si no es así no es democracia.
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