domingo, 13 de abril de 2008

El oficialismo y el chavismo encapillado


Luego de los resultados del 2 de diciembre de2007 el proceso político venezolano se abre a una nueva etapa en la que los dos ejes sobre los cuales gira, gobierno y oposición, no son los mismos, ni tampoco pueden continuar enfrascados en prácticas que a todas luces quedaron derrotadas por la voluntad del pueblo. Sin embargo, en la actualidad podemos ver comportamientos de algunos actores políticos que se quedaron en el trasnocho que le provocó esos resultados.

Desde hace varios años, en los partidos políticos se viene dando una lucha para cambiar algunos modelos que causaron grandes y graves repercusiones en el desenvolvimiento de su vida pública, llegando incluso a ser la clave para su “desaparición en vida”.

Relevo generacional, descentralización en la toma de decisiones y acceso de la provincia a los grandes centros de decisión ubicados en Caracas, son tres de los principios por los que se han luchado en las filas partidistas, de cualquier tendencia ideológica y cualquier color que los identifique. La razón: eliminar la perversidad de las imposiciones a dedo, de todo tipo, y la negativa a escuchar a “los de abajo”, la base partidista.

Ejemplos de esos errores que se buscaban erradicar sobran; así como la real conclusión de los votos del 2D no es la mera interpretación de que “unos son más que otros”, sino que el pueblo se pronunció para rechazar las imposiciones, las decisiones tomadas en cenáculos sin que se tome en cuenta la opinión de la población. Así entonces Chávez fue su propia víctima por haber despertado a un pueblo que más tarde le dijo NO.

Hoy en día podemos ver cómo sin entender aún los resultados, o habiéndolo hecho a su manera, muchos personajes políticos, sobretodo de la vieja guardia, aparecen nuevamente en la palestra pública reclamando espacios que ya no les pertenecen; u otros no tan nuevos que andan en pelea intestina por una candidatura que a fin de cuentas será el blanco perfecto del dedo de la imposición.

Del lado del oficialismo, tras lanzar en enero el grito de guerra para las elecciones de noviembre, Chávez ha tenido que dar marcha atrás para contener la andanada de aspirantes, muchos de los cuales quieren un cargo público sin haber trabajado a favor de la reforma. Pero eso es lo menos.

Lo que más preocupa al máximo dirigente de la revolución son las escaramuzas internas que se desataron con el propósito de cerrarle el paso a otros dirigentes; así como las incidencias negativas de las malas, malísimas, gestiones de gobierno que en algunos municipios y estados habrán de provocar la pérdida de esos espacios. Por ello, el Presidente hace esfuerzos de todo tipo para minimizar las peleas y ganar tiempo a ver si ubican a “alguien” que garantice la reelección, aun sabiendo que el pueblo “no se cala más” la continuidad de gestiones atroces.

Por el lado de la oposición, los números del 2D provocó que se estén presentando nombres que desde hace muchísimo tiempo quedaron en el pasado, figuras que desde hace décadas no caminan un barrio o una urbanización, aspirantes que tienen metido en la mente esa vetusta creencia de que “cualquiera que pongan gana por el apoyo del partido”, y que son los mismos candidatos que conocen a ciencia cierta que no gozan del respaldo popular pero que se mueven, básicamente, en dos escenarios: echar a perder la posibilidades de triunfo de quienes sí tienen liderazgo y conseguir algo de dinero para seguir subsistiendo hasta la próxima contienda electoral, sobretodo cuando se conoce que son financiados por el oficialismo para dividir a los partidos democráticos que buscan la unidad.

Estos tampoco han entendido que la gente está clara, que ya no se deja meter gato por liebre, como se dice en buen criollo, que sus tiempos pasaron, que no hicieron nada por defender los derechos de las amas de casa, de los trabajadores, de los estudiantes, de los empresarios, de los comerciantes informales y de todos aquellos que a lo largo de todo este tiempo se han visto afectados por una u otra decisión gubernamental. Claro, no los defendieron porque estaban en su chinchorro viendo los toros desde la barrea, pretendiendo que les hicieran el mandado o trabajando en una que otra obrita que les dieron desde el gobierno.

La pluralidad de candidatos en el sector democrático de la política venezolano es símbolo inequívoco de la diversidad de criterios, opiniones y visiones para analizar y atacar los problemas. Ratifica que no habrá dedocracia sino democracia que lleve a un acuerdo de voluntades para apoyar al que más tenga opción de triunfo y en torno a él deberá nuclearse todo empeño por rescatar los espacios que están actualmente en manos del gobierno.

Tenemos entonces que en la oposición también hay una realidad, que muchos tratan de esconder pero que se ve por las costuras: hay individualidades que manifestaron sus aspiraciones y que mantienen sus candidaturas, no para sacar al pueblo del marasmo en que lo han metido, sino para continuar su perverso pacto con el oficialismo para que las cosas sigan igual y ellos puedan continuar recibiendo contratos y subcontratos, obviamente, sin importarles el común de los ciudadanos.

Ese sector de la oposición, al que pudiéramos identificar como el Chavismo Encapillado, también pretende imponer para las elecciones de noviembre la tesis de que el choque será entre capitalismo y socialismo, entre gobierno y oposición, entre Chávez y el candidato de la unidad, con el firme propósito de encallejonar la lucha.

Pero no, la verdadera batalla es entre quienes pretender continuar destruyendo al pueblo y quienes garantizar el cambio que todos andamos buscando; la pelea será entre quienes están convencidos de que los municipios y estados merecen un desarrollo integral aprovechando sus potencialidades y quienes buscan solamente darle continuidad a los nefastos gobiernos.

La clave para derrotar al oficialismo y al Chavismo Encapillado es PARTICIPAR. La población se movilizó para el 2D y debe movilizarse para noviembre 2008 para así cerrarle el paso quienes pretenden seguir con la negociación, la burla y el engaño.

martes, 8 de abril de 2008

El mensaje del PSUV


Los resultados parciales, que hasta ahora se conocen, del proceso de postulaciones de autoridades realizado este fin de semana por los militantes del Partido Socialista unido de Venezuela tienen varias lecturas a realizar. Revisemos algunos de manera rasante.

En primer lugar, se evidencia el inmenso rechazo que existe dentro del nuevo partido a las viejas estructuras, a los viejos esquemas políticos, a las arcaicas maneras de hacer política que aún se encuentran enquistadas en algunos niveles de esa dirección política.

El mensaje fue claro: el pueblo que sigue los lineamientos del Presidente de la República no aceptará que los vicios que se vivieron en el Movimiento V República se repitan en la naciente estructura, más aún cuando serán esos estilos los que causarán derrotas en muchos de los espacios que actualmente controlan, precisamente quienes fueron rechazados este fin de semana.

Por otro lado, la base chavista demostró que anda en la búsqueda de nuevos liderazgos, de nuevas caras que cambien radicalmente la manera como varios sectores del país ven al proceso revolucionario de hoy.

Los resultados demostraron que los líderes emergentes, esos que andan a pié, en autobuses, escuchando las quejas de sus vecinos, de las comunidades, vienen abriéndose espacio “a lo macho” por un camino plagado de trampas, paredes y entuertos puestos por quienes únicamente tienen interés en mantener cuotas personales que les permitan prolongar los beneficios y prebendas que han logrado.

En el caso de Puerto Cabello, salvo un dirigente, la paliza fue inmensa para quienes de una u otra forma, directa o indirectamente, ejercen el poder público municipal o están abiertamente relacionados con ellos. Da pena ajena ver los números de postulaciones que lograron quienes un día lograron acceder a la más alta cúpula partidista municipal del chavismo.

Definitivamente en el nuevo partido socialista salió a la palestra pública el choque de dos trenes: el innovador que busca nuevos espacios, novedosos escenarios para sacar adelante a una ciudad sin intereses mezquinos y mercantilitas, y el tres conservador que más que levantar las banderas de los postulados que pudieran catalogarse como “conservadores” lo que desean precisamente es “conservar” las cuotas de poder que actualmente tienen y que ahora disfrazan la derrota con el viejo argumento de que la habrían jugado la archipopular “cachúa”.

Casi el mismo enfrentamiento de fuerzas ocurrirá en las elecciones del venidero mes de noviembre, pero no será como pretenden vender algunos trasnochados “entre capitalismo y socialismo”, sino entre quienes desean continuar tejiendo la destrucción de Puerto Cabello y quienes de la otra acera pensamos que el municipio un cambio profundo en todos los aspectos. Puerto Cabello no aguantará un desgobierno municipal igual al actual. La clave, insisto, es PARTICIPAR.

domingo, 30 de marzo de 2008

Puerto Cabello necesita un cambio

Tras varios meses de silencio resulta necesario retomar nuestra tarea de escribir para adelantar algunos comentarios que sirvan para el esclarecimiento del ambiente político, pero más que todo para continuar enarbolando la bandera de la defensa de nuestro municipio, frente a las pretensiones de destruirlo aún más en materia de infraestructura pública y de estatus moral.

Desde hace semanas hemos detectado en la palestra pública la ejecución de una estrategia para tratar de limpiar la imagen del actual alcalde de Puerto Cabello, ante las severas críticas que ha recibido respecto al ejercicio de su gobierno.

El plan macabro que está en desarrollo pretende presentarlo ante la opinión pública como un advenedizo de la política, como una persona que aspira llegar al gobierno municipal, como un dirigente político que denuncia el estado de abandono y postración en que ha caído Puerto Cabello. Pero jamás lo han presentado como el alcalde, como la máxima autoridad civil de este municipio y también el máximo responsable de la destrucción que vive nuestra ciudad en los últimos ocho años.

La ruin estrategia pretende decirnos a los porteños que Osmel Ramos no tiene nada que ver con la destrucción del municipio y que por el contrario ha sido víctima del centralismo o la mala intención del gobierno regional. Sin embargo, me atrevo a decir que esa línea política comunicacional no ha logrado calar en la mente de los porteños porque todos sabemos el grado de responsabilidad que tiene el actual mandatario en el desgobierno que vivimos, en la destrucción de nuestros espacios públicos, en el abominable estilo de conducir una administración pública que debió dedicarse a resolver los problemas de las comunidades y no en ser testigo silente, cómplice o promotor del estado de cosas que día a día suceden en este puerto.

La burda estrategia de Ramos y sus secuaces (los cercanos y los que se prestan para la ejecución de la estrategia, que por cierto no es gratis) lo que buscan es minimizar los efectos desbastadores que tiene la gestión del actual gobierno municipal para la candidatura oficialista a la alcaldía. Esto porque ya el alcalde llegó a un acuerdo con todos los precandidatos rojo-rojitos para que además de garantizarle influencia en el nuevo gobierno, se mantenga la lista de contratistas que han ejecutado obras en su mandato.

Los aspirantes del continuismo le han garantizado eso y más a Ramos, pero le han puesto como condición que limpie su imagen pública para que el efecto destructor sea menor y para que el pueblo sea engañado con la promoción de una “buena gestión de gobierno” que solamente para este año tiene la nimiedad de más de 700 millones de bolívares para ser gastados en publicidad y propaganda, entre las que se inscribe las encerronas que se han dado para “presentar informes de gestión”, actos que muy bien que lo hagan porque están informando lo que hicieron, aunque lo presentan con ocho años de ausencia.

Amigos, debemos seguir atentos al desarrollo de las actividades de la administración pública municipal, no nos dejemos engañar, el único responsable del abandono, la destrucción, la desidia, en que se encuentra Puerto Cabello es el actual gobierno municipal, desde el alcalde para abajo, incluyendo a esos neo-aspirantes a alcaldes que con su cara nueva han avalado dentro del chavismo todos los desmanes hechos por la actual administración y ahora con pretenden erigirse como paladines de Puerto Cabello mientras por detrás reciben los beneficios de este desgobierno local.

Puerto Cabello necesita, requiere y merece un cambio. Un cambio radical en la manera y estilo de gobierno. Los porteños no nos merecemos un año más de un estilo de gobernar como el de Osmel Ramos, ni aceptaremos la continuidad de esta destrucción. Por eso debemos mantenernos en alerta, totalmente despiertos para incorporarnos a la lucha por un Puerto Cabello mejor.

El municipio necesita otra mentalidad que la gobierne, que se dedique a resolver los problemas que atraviesa, que garantice su verdadero desarrollo económico social con el aprovechamiento de las bondades que nos dio la naturaleza y que de verdad luche por el crecimiento sostenido de nuestra tierra. Hacia allá marcharemos inexorablemente. Participar en la clave. A quienes destruyeron y destruyen a Puerto Cabello no les conviene que el pueblo participe.

Aquellos que siguen maniobrando para que las voces de la disidencia desaparezcan del espectro comunicacional se quedarán con “los crespos hechos” porque las nuevas tecnologías habrán de abrir espacios para todos quienes tenemos la responsabilidad de advertir de las apetencias económicas de personajes que únicamente se han dedicado, en el ejercicio de la actividad pública, a desatender las funciones y responsabilidades que les fueron encomendadas.


Lic. Juan Carlos Núñez Silva
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